La difusión de un video en Youtube en el que se ve a seis soldados israelíes ocupantes bailando de forma sincronizada una alegre coreografía en plena avenida central de la ciudad palestina de Hebrón, la calle Shuadá, levantó un ola de indignación mundial y una repulsa generalizada en los países musulmanes. La coreografía represora recorrió el mundo y dio un nuevo testimonio de la impunidad de los soldados invasores judíos en territorio ocupado.
https://www.youtube.com/watch?v=3ysiT-728Lc
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En el video se observa a seis soldados israelíes, armados y con chalecos antibalas, caminando por una calle de Hebron cuando tenia lugar la oración musulmana, y que, aprovechando el silencio y la ausencia de personas en la calle, iniciaron la coreografía.
El grupo de soldados represores patrulla, arma en mano, de pronto comienzan a bailar “Tik Tok”, de Keesha, con una coordinación sorprendente y en una actitud burlesca contra la oración musulmana.
El pelotón comienza a desarrollar la coreografía de la canción “Tik Tok”, de la cantante norteamericana Keesha. De acuerdo con información de la prensa israelí, el video fue armado por los propios soldados.
El video, rápidamente comentado en las redes sociales y blogs, fue removida de internet la tarde del lunes por los mismos soldados, pero una versión fue descargada por un usuario diferente que la tituló: “Es fácil reírse de la ocupación, cuando usted es el represor”.
Oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) -citadas por el diario local Haaretz- indicaron este martes que el polémico video estaba siendo analizado con “detenimiento” por el alto mando militar desde la tarde del lunes.
El video desató un escándalo del propio Estado judío.
Desde militantes por los derechos humanos hasta diputados de la derecha israelí criticaron el martes a los soldados que subieron el video a Youtube.
El rechazo de la opinión pública israelí al video tiene que ver no sólo con lo que se ve (seis soldados bailando un minuto al ritmo de la canción Tick Tock de la cantante estadounidense Kesha), sino lo que no se ve: en pleno día, no se ve ni un palestino caminando por la principal avenida de Hebrón y tampoco se observan negocios abiertos, ya que muchos de ellos fueron cerrados por las autoridades israelíes por motivos de seguridad.
En Hebrón viven unos 500 colonos judíos, de la corriente más extremista, que habitan en tres concentraciones en plena ciudad, un sitio donde alegan derechos históricos. Su presencia en el lugar produce en la práctica el cercenamiento de los derechos humanos de los 160 mil palestinos que habitan la zona.
Según el corresponsal del diario Clarín en Tel Aviv, la repulsa al video subido a Youtube cuyo retiro fue exigido oficialmente pero no concretado porque ya se habían hecho varias copias deviene del mito en el que vive la sociedad israelí, según la cual sus hijos sirven en las Fuerzas Armadas patrullando en los territorios ocupados sólo porque “no hay alternativa” y lo hacen de la manera más humana, haciendo el menor daño posible a la población palestina.
“Lo que los padres de los jóvenes soldados no querían saber es que sus hijos pueden permitirse hacer payasadas en el medio de la calle vedada a palestinos y frente a los vecinos que se encierran detrás de sus persianas, desde donde pueden ver a sus conquistadores, en lo que pareciera el fin de un imperio”, señala el corresponsal de Clarín.
La justicia militar israelí indicó el martes que los bailarines uniformados serían llevados a juicio por su conducta en Hebrón. Fue el mismo día en que se anunció el enjuiciamiento de varios soldados durante la ofensiva israelí en Gaza en enero del 2009.
Durante más de un año, las autoridades militares rechazaron las versiones recogidas por ONGS israelíes de derechos humanos que denunciaban con pruebas fehacientes crímenes de guerra cometidos por soldados de Israel.
En un comunicado, el jefe de los fiscales militares dijo que presentará “cargos de homicidio” contra un soldado de infantería por su presunto rol en la muerte de dos palestinas baleadas cuando al parecer ondeaban una bandera blanca.
Operación masacre[/h3]
En la primera semana de enero de 2009, Israel lanzó una operación de exterminio militar aéreo denominada “Plomo Sólido” en Gaza, de tal magnitud devastadora, que solamente en los primeros cinco minutos mató a más de 400 palestinos, entre ellos mujeres y niños, cuyos cuerpos fueron extraídos de los escombros de los edificios públicos y viviendas aledañas destruidos por los misiles.
Unos 1.400 palestinos, la mayoría civiles, mujeres y niños fueron asesinados en la Operación “Plomo Sólido”, de enero de 2009, que desató críticas internacionales y fue duramente condenada por un informe de la ONU.
La operación de masacre aérea, que luego se complementó con una invasión blindada terrestre, se prolongó por 22 días consecutivos, con Gaza rodeada, sin agua, sin luz, sin combustible, sin alimentos y con su población en estado de catástrofe alimentaria y sanitaria.
La expedición de exterminio contó con el silencio de los gobiernos mundiales (salvo Cuba, Irán, Siria, Venezuela y Bolivia, que lo condenaron), y dejó como saldo -según los datos oficiales- más de 1400 palestinos muertos, entre ellos 300 mujeres y 400 niños, y más de 5.000 heridos.
Ilustrando la desproporción de fuerzas, la resistencia palestina, provista sólo de fusiles, lanzagranadas y cohetes rudimentarios, produjo la muerte de 13 israelíes reconocida oficialmente por el Estado judío.
Gaza, rodeada por aire, por mar y por tierra, fue posteriormente sometida a un bloqueo económico genocida (cuyo saldo de muertes por efectos colaterales aún es indeterminado), y casi la totalidad de su infraestructura y centros gubernamentales fueron destruidos.
La tragedia humana (silenciada y deformada por las potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por el exterminio militar israelí en Gaza no se definió en un escenario, sino en tres escenarios simultáneos: A) La masacre militar de civiles, B) La tragedia humanitaria con el bloqueo, C) La guerra asimétrica entre Israel (el agresor) y Hamás (el agredido).
Estos tres escenarios, fueron utilizados (sin éxito) por Israel como herramienta de presión bélica para someter a Hamás y obligarlo a cumplimentar los dos objetivos estratégicos centrales de la operación “Plomo Sólido”: La firma de una tregua y de un acuerdo duradero que asegure el final de los ataques con cohetes a las ciudades israelíes.
No obstante estar claros los roles del invasor (Israel) y del invadido (el gobierno legitimo de Hamás), y no obstante estar clara la desproporción de fuerzas (ataque de una superpotencia contra una guerrilla que defiende su territorio), para la ONU y las potencias, en Gaza no hubo una operación de exterminio militar indiscriminado, sino una “guerra entre Israel y Hamás”.
Esta es la tesis que trató de justificar el Consejo de “Derechos Humanos” de las Naciones Unidas que condenó posteriormente tanto a Hamás como a Israel por violación de derechos y “crímenes de guerra” durante la masacre en enero de 2009.
[goodbye]apocalipsis[/goodbye]