El nuevo montaje de la “amenaza islámica” en EEUU, los diversos “ataque terroristas” frustrados antes de que sucedan a escala planetaria, el reciclamiento de la amenaza de “Al Qaeda” en Asia, África y Medio Oriente, las denuncias de Obama y los líderes europeos sobre complots “terroristas islámicos” en marcha, las detenciones masivas de “sospechosos” en EEUU y Europa, son piezas operativas del lanzamiento (y aggiornamiento) de una nueva fase de la “guerra contraterrorista” a escala global. Y en ese tablero, sobresale nítidamente la operación preparatoria del ataque a Irán.
[postpic=center]160805[/postpic]
Por [url=http://www.iarnoticias.com]Manuel Freytas
La “guerra contraterrorista” se reactualizó en los últimos días con una oleada mundial de advertencias de “ataques terroristas” a escala global, con epicentro en Europa y en EEUU, donde el “peligro islámico” recobró vigor con la histeria islamofóbica desatada con la amenaza de la quema de ejemplares del Corán.
Nuevamente las “alertas terroristas” con amenazas de “ataques inminentes” busca desatar otra ola de psicosis mundial con el “terrorismo”, y una vez más, las comunidades islámicas de Gran Bretaña y Europa están siendo sometidas a cacerías y detenciones de sospechosos de integrar un “complot terrorista”.
La nueva operación se desarrolla dentro del cuadro generalizado de rechazo al Islam, activado por el anuncio de la construcción de una mezquita en la zona de los atentados del 11-S.
Desde el último aniversario del 11-S en EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, España, las potencias centrales europeas, se acoplaron a las advertencias de EEUU, con sus propias denuncias y señales de “ataques terroristas” en alta escala.
La oleada de advertencias en cadena convirtieron a la eurozona en una blanco potencial (y de alto riesgo) de ataques sincronizados del “Al Qaeda”, cuya “reaparición” también se registra en todas las zonas conflictivas o de ocupación de Asia, África y Medio Oriente.
La psicosis en Europa[/h3]
El viernes pasado, el jefe del espionaje británico advirtió que Gran Bretaña enfrenta nuevas y peligrosas amenazas del “terrorismo” incubadas en Irlanda del Norte, Oriente Medio y el norte de Africa.
En un inusual discurso público, el director del MI5, Jonathan Evans, sostuvo que es cada vez más posible que los ataques contra Gran Bretaña procedan de Somalia, Yemen o Belfast, “en momentos en que grupos ligados a la red Al-Qaeda huyen de sus bastiones en Paquistán”.
Los “terroristas” en todo el mundo, incluidas decenas de personas que nacieron o que viven en Gran Bretaña, están “recibiendo instrucción en campos de entrenamiento en Somalia del grupo terrorista al-Shabaab, alineado con Al-Qaeda”, afirmó Evans.
Un informe, publicado en la primera semana de septiembre por el grupo de análisis Royal United Services Institute (RUSI), advierte de una creciente radicalización de los musulmanes en cárceles británicas y una política exterior que “sirve para fomentar el aislamiento y el resentimiento” que sienten algunos miembros de esta minoría.
“Existen todas las condiciones para que ocurra una serie de ataques en cualquier momento”, destacó el informe, escrito en parte por el director de la RUSI, Micheal Clark, ex asesor del Gobierno británico en temas de seguridad.
Por su parte, el Gobierno francés alertó el fin de semana pasado que existe una “amenaza real” de atentados terroristas en el país, muy probablemente contra la red de transporte, después de que la emisora RTL informara que estaba previsto un atentado para el jueves pasado que finalmente no se produjo.
“La amenaza terrorista es real y por tanto nuestra vigilancia está actualmente reforzada”, señaló a la prensa el ministro del Interior, Brice Hortefeux, que envió un mensaje de “gran vigilancia” a los ciudadanos.
No obstante, el ministro quiso “tranquilizar a los franceses porque hemos movilizado todos los medios necesarios, indispensables, para prevenir actos que podrían ser peligrosos”, insistiendo en que la amenaza “es real”.
Aunque la amenaza se llegó a considerar como “elevada” a partir del jueves, desde hace al menos diez días las autoridades francesas amplían las medidas de seguridad ante un posible atentado.
El jefe del servicio de contra-espionaje (la DCRI, según sus siglas en francés), Bernard Squarcini, confirmó que la “amenaza de un atentado en suelo francés nunca había sido tan grande”.
“Francia puede recibir un golpe terrorista”, afirmó Squarcini el sábado, en declaraciones que coincidían con el secuestro de cinco franceses en Níger. El domingo, el ministro de Interior, Brice Hortefeux, afirmó que “la amenaza se iba concretando”.
Tras la anunciada operación de comandos franceses contra la base de Al Qaeda en julio, la (supuesta) organización “terrorista difundió” un comunicado en el que juraba vengarse: “Al enemigo de Alá, Sarkozy, decimos: has fallado, y ahora has abierto la puerta para que el horror llegue a ti y a tu país”.
Tras el último aniversario del 11-S en EEUU, el comando de la “lucha antiterrorista” advirtió del retorno a Francia y Europa de jóvenes “terroristas” que fueron entrenados militarmente en Pakistán o Afganistán.
Como parte del escenario, el martes de la semana pasada, tanto la Torre Eiffel como el intercambiador de Saint-Michel tuvieron que ser evacuadas por amenazas de bomba que, luego, resultaron ser falsas.
También el director de la Oficina Federal Criminal alemana (BKA), Jörg Ziercke, advirtió en la primera semana de septiembre del incremento de la “amenaza islámica” en Alemania producido por el retorno de “terroristas” supuestamente adiestrados en los campamentos de entrenamiento de la frontera afgano-paquistaní.
Los servicios alemanes “estiman” que hay unos 400 “terroristas islámicos” viviendo en Alemania, que fueron adiestrados en estos campamentos e incluso con “experiencia en combate en Afganistán”, explicó Ziercke en declaraciones al diario Tagespiegel.
“Desde que comenzó 2009 hemos registrado un incremento en los viajes y los intentos de viaje de miembros de círculos con tendencias violentas”, afirmó .
“En Alemania ahora mismo tenemos clasificados a 131 instigadores potenciales. Estas personas son las que asumimos que pueden perpetrar actos criminales de magnitud considerable y por motivos políticos”, señaló Ziercke . Y añadió: “tenemos pruebas concretas de que 70 individuos han completado un entrenamiento paramilitar en campamentos terroristas”.
También es España, el viernes pasado, los servicios de inteligencia advirtieron que el riesgo de un atentado “terrorista” de gran magnitud en el país es “elevado”.
De acuerdo con la apreciación del espionaje español, el grupo “terrorista” que más interés tiene en España es Al Qaeda para la Península Arábiga (AQPA), una de las “formaciones activas de la red criminal de Osama Bin Laden y Ayman Al Zawhiri”.
Este grupo -señala la inteligencia española- busca la recaudación de dinero a base de secuestros y extorsiones, y está preparando otro ataque terrorista como el perpetrado el 11 de marzo del 2004 en Madrid.
Alertas sincronizadas[/h3]
La nueva escalada de operaciones de “alerta” de nuevos ataques “terroristas” funciona como una aceitada maquinaria de relojería coordinada por el espionaje USA-europeo.
Los informes de la inteligencia estadounidense se complementan con los realizados por los servicios británicos, franceses y alemanes, que advierten alertando continuamente de que Al Qaeda y algunas variantes del “terrorismo islámico” ya cuentan -o están en proceso de contar- con armas nucleares capaces de activar explosiones limitadas, pero de efecto devastador, en ciudades claves de Europa o de EEUU.
En estas hipótesis también coinciden el resto de los servicios de inteligencia de las potencias europeas, que embarcadas en planes comunes y en programas de intercambio para la “guerra contra el terrorismo”, también ya han adoptado la tesis del “terrorismo nuclear iraní” como nueva hipótesis de conflicto.
Pero, lo más sugestivo, es que todas las hipótesis coinciden en situar una presunta relación Irán-Al Qaeda como la base de despegue internacional del “terrorismo nuclear” a escala internacional.
Desde el 11-S, en el 2001, el “terrorismo” se constituyó en una herramienta clave del Estado imperial USA para administrar y controlar la maquinaria planetaria del “nuevo orden” emergente tras el estallido de las Torres Gemelas en Nueva York.
En el 2004, la Unión Europea se sumó a la estrategia norteamericana diseñando y poniendo en práctica un plan “contraterrorista” que trasladaba a territorio europeo la cruzada militar y de seguridad contra el “eje del mal”, que iniciara la administración Bush tras los atentados del 11-S.
Tras la imposición planetaria del combate contra el terrorismo (principalmente islámico) la “psicosis terrorista” inundó la portada de la prensa internacional y se extendió por aeropuertos, metros, estaciones de trenes, y por todo lugar donde se produjeran concentraciones masivas de personas.
La adopción europea de la “guerra contraterrorista” representó un triunfo de las tesis de caracterización del terrorismo como el “nuevo enemigo” del mundo occidental. A la vez dio piedra libre al lanzamiento de la nueva doctrina de seguridad nacional norteamericana, y al concepto de guerra preventiva con que la administración imperial justificó las posteriores invasiones a Irak y Afganistán.
En resumen, la nueva y creciente escalada de amenazas de ataques del “terrorismo islámico” en los últimos días, se reactualiza en un marco de creciente retroceso y derrota de las fuerzas militares de ocupación de EEUU y de la OTAN en Irak y Afganistán.
El nuevo montaje de la “amenaza islámica” en EEUU, los diversos “ataque terroristas” frustrados antes de que sucedan a escala planetaria, el reciclamiento de la amenaza de “Al Qaeda” en Asia, África y Medio Oriente, las denuncias de Obama y los líderes europeos sobre complots “terroristas islámicos” en marcha, las detenciones masivas de “sospechosos” en EEUU y Europa, son piezas operativas del lanzamiento (y aggiornamiento) de una nueva fase de la “guerra contraterrorista” a escala global.
Y en ese tablero, sobresale nítidamente la operación preparatoria del ataque a Irán.
La nueva oleada sincronizada de advertencias de “ataques terroristas” forman parte indivisible de las operaciones para derrotar a los talibanes en Afganistán, ocupar Pakistán, Sudán y Yemen, justificar acciones militares contra Irán antes de que se convierta en potencia nuclear.
Y no se descarta un posible segundo 11-S para distraer la atención del rebrote de la crisis económica que ya ha derivado (por medio del desempleo) en crisis social tanto en EEUU como en Europa.
[goodbye]apocalipsis[/goodbye]